La principal objeción con respecto a la decisión sobre la norma digital refiere a la protección de la industria. Si en la fabricación de televisores se establece una protección, un cupo a la importación. Esto pone en el centro de la escena la cuestión de que si adoptamos la norma japonesa, Brasil, mayor productor industrial de la región, coparía el mercado de producción de televisores local perjudicando a la industria argentina.
La norma japonesa es la que fue desarrollada más actualmente por lo tanto algunos especialistas afirman que recogió las mejoras de las dos anteriores y a su vez pudo corregir sus fallas.
Pero así como esto puede ser una ventaja, también sus puntos débiles pasan por la relativa actualidad del desarrollo. Entre sus desventajas encontramos la falta de experiencia en el mercado. El lanzamiento tardío de la norma nipona hizo que tenga falta de experiencia en el mercado y que sea la norma con menor economía en escala: la norma ISDB-T sólo existe en Japón y recientemente fue adoptada por Brasil. Incluso en el resto del continente asiático, la mayoría de los países ha optado por la norma europea.
La adopción de esta norma permitirá el acceso gratuito a los servicios de Internet en el televisor y en la telefonía digital por lo que prevé un gran cruce de intereses fundamentalmente con las empresas telefónicas. El sistema japonés de gratuidad y con la posibilidad de instalar múltiples canales de televisión aprovechando al máximo el espacio radioeléctrico, tiene también sus consecuencias y sus incompatibilidades con el actual sistema de medios. Estas características de la norma japonesa podrían producir una desaparición de las empresas de cable que hasta ahora fueron un servicio extendido en el país con grandes ingresos por familia por mes como mercado cautivo a causa de la poca oferta que los servicios de televisión hertziana proporcionaban, y además por la poca llegada de estos a las zonas del interior del país donde los canales de aire que se podían disfrutar en la capital federal (con más o menos calidad) llegaban a las zonas del interior sólo gracias a la TV por cable o, luego, en los `90 por la satelital.
Otro elemento negativo que se puede presentar en la adopción de la norma japonesa es que el poder de lobby de los otros dos modelos es mayor, en Argentina la única empresa que defiende la norma nipona es NEC, una empresa de computadoras, que pese a tener gran presencia en el mercado no tiene el poder que poseen telefónica o el grupo Clarín, y sumado a eso el hecho de que la cultura japonesa no tiene un acercamiento concreto con el gobierno nacional, llegando a ser por momentos una posibilidad que ya se había descartado.
Lo que resulto considerable en la adopción de esta norma es que se supo superar las características monopólicas que desde siempre ha exhibido el mercado argentino. El poder de lobby de las empresas ya instaladas en el país es muy fuerte. De esa manera las diferentes empresas ejercen presión sobre el gobierno argentino para que el país se incline por la norma que mayores beneficios le traiga a cada uno de los grupos económicos. Las empresas telefónicas instaladas en nuestro país buscan impulsar la norma europea, de acuerdo a los servicios de telefonía móvil. En este sentido se destaca la alianza entre Telefé y la empresa española Telefónica. Por otra parte, el Grupo Clarín apoya la adopción de la norma estadounidense (ATSC), sobre todo por los acuerdos comerciales que tiene con las empresas de cable. La norma ATSC promueve aprovechar el espacio ganado a partir de la televisión digital principalmente a través de la mejora de la calidad de imagen de los distintos canales. La lógica de esta opción es la de menor cantidad de canales con más alta definición. Esto les permitiría a las empresas de cable, como mencionamos anteriormente poder continuar con su negocio en nuestro país, ya que la diferencia está dada por la cantidad de canales brindados por las empresas.
Otra de las desventajas que se le ha encontrado a la norma ISDB-T es que además de poseer un mercado mundial pequeño, requiere de dispositivos (set-top-boxes, televisores) comparativamente más complejos y costosos que el estándar europeo y la disponibilidad de equipos es escasa fuera del ámbito japonés.
Volviendo a las desventajas, diferentes análisis sostienen que debido a las características del mercado japonés, de tinte sumamente avanzado, las potencialidades de la norma se alejarían de la realidad mundial. Así como también señalan que la ventaja de la norma con respecto al espacio móvil sólo se potenciará en los móviles que se diseñen en Japón mismo, elaborados por casas niponas. Uno de los aspectos más interesantes de la norma ISDB-T de Japón es que permitirá la recepción gratuita de contenidos televisivos en teléfonos celulares, por ejemplo. Los consumidores argentinos -furiosos con el servicio paupérrimo que reciben de Movistar, CTI y Personal- no deberán abonar ni un centavo para recibir estas señales en sus teléfonos, aunque, claro está, los aparatos deberán contar con ciertas especificaciones.”
Así mismo, la cuestión de Brasil al haber adoptado la norma japonesa se vería como una ventaja competitiva en el sentido de que existe la posibilidad de que Argentina podría posicionarse como proveedora de contenidos y desarrollo de software para exportación y llegar a ser competentes con el resto del mundo.
Con el desarrollo de la norma nipona los especialistas concuerdan en la consideración de los altos costos y complejidad de los equipos para funcionarizar el estándar ISDB. Es por esa razón que desde esta posición se incentiva al desarrollo de contenidos y la especialización y potencialidad del conocimiento.